Constitución es un balneario que ofrece paradojas al visitante. Situado a menos de un kilómetro de una pestilente maderera, sus playas, despuntadas por enormes y salvajes formaciones rocosas, son también depósito de los malos hábitos de los turistas.
Santuario de las aves y de la soledad en invierno, se transforma además en un campo de batalla por la subsistencia de la fauna marina. Estos registros, bajo un orden lumínico y óptico intencional – aumento del viñeteado del objetivo y densidad en las sombras-buscan connotar el estado de la vida (y de la muerte) de las aves en esta parte del litoral chileno.
Fotografías de Mauricio del Pino Valdivia