«Una de las características de la imagen de la ciudad actual, especialmente la latinoamericana, es que la urbe no gobierna lo que crea (…) la angustia que genera la ciudad proviene de ofrecer, por un lado, el sentimiento de que el ser humano es completamente libre en su habitar, habiéndose desligado de dependencias del mundo rural y de los rigores del clima, y, por otro, de entregarle la libertad como imposibilidad de acuerdo de las voluntades y como ingobernabilidad de la aglomeración.(…) Si en Bachelard la imagen poética de la casa se convierte en un instrumento de análisis del alma humana feliz, integrada, virtuosa, la imagen de cuidad, especialmente latinoamericana, puede ser instrumento de análisis del alma desgraciada». La Ciudad y las Palabras, Hernán Neira.
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